RESEÑA HISTÓRICA DE SAN JOSÉ DE LA MARINILLA
Paso solo algunos años después del descubrimiento de América, en el año de 1541 que el capitán Diego de Mendoza, descubre los valles de Rionegro y Marinilla. Desde entonces este territorio ha cautivado a propios y foráneos por su geografía y riqueza Natural.
En 1549, Francisco Núñez Pedroso, junto con un grupo de aventureros que llegaron del Perú, se hallan explorando el Valle que hoy se llama san Nicolás, cuyo primer propietario en 1573 fue Pedro Beltrán. Después de 45 años en 1618 se conocen los primeros asentamientos, cuyos habitantes fueron, buscadores de oro que habitaron pacíficamente, con las tribus indígenas de los Thaamies.
Indios que habitaron la región antes de la conquista española, y que eran comandados por los caciques, Puchina, Nutabe, Marini y el gran Kirama. Para el año de 1664, se encuentra el Franciscano Fray Miguel de Castro, catequizando los indígenas. Para 1661, se empieza a consolidar la organización del poblado y aparece el primer alcalde, Antonio Cardona Rivadeneira. En la misma época existía en dicho valle una iglesia pajiza, que fue redificada por Fray Miguel de Castro con el fin de confortar a la comunidad cristiana atenuada en aquel tiempo. Reunió a los pobladores del valle de la Marinilla y del sector del peñol, y decidió edificar en la primera zona un condado para los españoles y en la segunda uno para los indios. Ambos dedicaron su devoción al patrono san José, y se celebran sus fiestas en 1667.
El 15 de enero de 1690 se celebra una misa en Marinilla; El mismo año las tierras pasan a ser heredadas por Sabina Muñoz de Bonilla y su esposo Francisco Manzueto Giraldo de quien desciende directamente de su linaje 26 Obispos Colombianos. Quien viene acompañado, de un grupo de gentes de Mariquita Tolima, que se asientan en Marinilla.
En las décadas siguientes, Marinilla no pasó desapercibida, y casi hasta el siglo XVIII, cuando inició la causa emancipadora. Fue ascendiendo en títulos, en 1752 San José de la Marinilla se convierte en Parroquia, 35 años después, en 1787 recibe el Titulo de villa por el rey Carlos tercero, Pascual Antonio Rúa Ruiz de Nevada. Certificado original que poza en el museo histórico y arqueológico de Marinilla. En 1794 recibe el escudo de Armas, y en 1813 Recibe el título de Ciudad, junto con Medellín.
Este municipio del oriente era visto como un territorio pacífico y amplio. Conocido como el cantón de Marinilla, el territorio iba desde el río Rionegro, hasta el Rio Magdalena y abarcaba de 9 a 12 municipios el total de su área.
Entrada las batallas de la independencia, este pueblo se hizo célebre por su aporte en hombres al ideal patriota, teniendo participación en casi todos los escenarios decisivos, que dieron origen al nacimiento de la nueva República. Echo por el cual merece el apelativo de “la Esparta Colombiana” puesto que las Batallas, que los hombres de este pueblo, libraron, son comparadas con las batallas independentistas, de la antigua Grecia. Cuyos hombres eran considerados los guerreros y defensores más acérrimos de la patria. Resaltando historias como la de Simona Duque, una mujer viuda, que entrego cinco hijos y dos se alistaron voluntariamente, a la causa libertadora.
Marinilla tierra de historias, héroes de batallas libradas, de lustres hijos; Como grandes levitas, pensadores, políticos y artistas. Que Dan muestra del talento creativo de esta Raza. Poseedora de la colección de cristos más grande del mundo, del museo histórico y arqueológico el segundo más antiguo del departamento, además de contar con el museo del primer escarabajo colombiano, sus casa museos y galerías de arte de grandes artistas, de la capilla de Jesús Nazareno, declarada patrimonio Arquitectónico de la Nación, lugar donde se realiza uno de los festivales de música religiosa más importantes del Mundo, de una de las fábricas de guitarras más antiguas del país, pioneros de la dinastías de los luthier en Colombia, creadores del festival de teatro infantil único en su género con décadas de tradición. Considerada La meca de cultura por su oferta de eventos institucionalizados con décadas de tradición, pero además por el amplio abanico de posibilidades artistas, culturales, de emprendimientos y comercial donde se articula el trabajo de las organizaciones socio cultural como por la oferta pública.
Su vocación Turística, es netamente Cultural, alternada con actividades artísticas, y de turismo rural donde resalta las tradiciones campesinas y la riqueza natural de nuestro territorio.